Al parecer el etarra le dijo a la hermana, cuando ambos discutían en su habitación sobre esta ,que bajase la voz porque los podría escuchar y luego sería capaz de hecharle la bronca.
Todo empezó porque la hermana le dijo que si él no la dejaba, terminaría arruinando su vida, y que era una mala influencia para él.De Juana le recriminó y la bronca fue subiendo de tono hasta tal punto, que los gritos se oyeron por el pasillo del Hospital Donosti, de San Sebastián.
Haber si va a ser ahora que que la causa de toda su maldad se debe a una joven de 29 años que no le deja ni a sol ni a sombra y que pertenece al colectivo Etxerat de apoyo a los presos de ETA.
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